Ayer tuve una clase con uno de los mejores profesores que he tenido. La asignatura es "Representación Audiovisual y Realidad Social". Es decir, cómo afecta a la sociedad lo que se representa en televisión. Nos quiso hacer pensar en cómo se representa la muerte y cómo nos afecta eso a nosotros, a la socidad, y para ello nos puso la película "Mi vida sin mí".
Tuve la suerte de que una compañera dijo que la película es muy triste y pude estar preparada, pero esa misma compañera dijo que tal vez era su película favorita, que la había visto montones de veces.
Ahora que la he visto puedo decir que es una película preciosa. A mí me parecía raro que yo nunca lloraba viendo películas, con lo llorona que soy yo, pero resulta que la televisión o el cine no me hacen llorar. Pero cuando terminaba esta película se me caían los lagrimones resbalando como por un cristal muy empañado. ¿Podría decir que pueda ser mi película favorita? Puf, yo creo que no. Me ha encantado, pero no. Era horrible, ahí estaban plasmados mis miedos hechos película. La muerte cercana e imparable, con pleno conocimiento de ella.
Una chica de 24 años a la que le dicen que le quedan dos meses de vida. Y de repente se da cuenta de todas esas cosas que tiene que hacer, pero no ha hecho nunca. Casada, con dos niñas, peleada con su madre... y da la impresión de que la muerte le haya dado un sentido a su vida, como si viviera gracias a ello.
¿Y si me pasara a mí? Creo que estoy construyendo la vida que quiero, pero también tengo muchos proyectos a largo plazo. Tengo toda mi vida planeada hasta los 350 años. Quiero terminar la carrera, y ser actriz, y guionista, ser muy famosa y tener hijos. Quiero ser profesora, escribir muchos libros, ser cantante y escribir mis propias canciones. Quiero estudiar psicología y sociología y ser masajista, diseñadora de ropa y crear una empresa de animación. Quiero llegar a presidenta de España y arreglar todos los destrozos del país y que todo el mundo me quiera, y que todos aquellos que me hicieron la vida imposible en algún momento aparezcan para intentar ser mis amigos y poder mandarlos a tomar viento. Quiero hacer una empresa en África que de vidas justas a sus trabajadores y extienda la riqueza por todo el continente. Y el día que me muera quiero tener muchos nietos felices y que mis hijos digan "nuestra madre nos educó tan bien que el mundo es un lugar mejor sólo porque estamos en él".
Es lo que el profesor llamó Trajedia de la vida, somos el único animal que sabe que se va a morir. Y eso ¿es bueno, o es malo?